top of page
Search

Perfecta Paz

Como todos ya saben… ¡Llegó la navidad! Solo una palabra me viene a la mente: paz. En esta temporada celebramos el nacimiento de Cristo, nuestra paz y salvación. La palabra nos enseña que en Dios encontramos la paz que sobrepasa todo entendimiento. Ahora, ¿cuántos de nosotros hemos experimentado esa paz de la que hablan en la Biblia? Hoy quiero enseñarte de manera práctica cómo puedes vivir en la paz verdadera que sólo viene de Dios.

A continuación les muestro varios versículos relacionados a la paz:


“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.”

Filipenses 4:6-7


“¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en ti; a todos los que concentran en ti sus pensamientos!”

Isaías 26:3


“La paz les dejo, mi paz les doy. No como el mundo la da yo se la doy a ustedes. No se turbe su corazón ni tenga miedo.”

Juan 14:27


Estos versículos tienen la intención de proteger nuestro corazón contra nuestras emociones, que muchas veces nos traicionan y luego nos roban nuestra fe. La realidad es que todos pasamos por situaciones complicadas que no podemos evitar por más sabios o espirituales que seamos. Sin embargo, lo que sí podemos controlar es lo que permitamos que entre y eche raíz en nuestra mente. Muchos dirán que eso no es posible pero Filipenses 4:6-7 e Isaías 26:3 Jesús nos dice que sí se puede.


Ahora bien, la paz que Cristo nos regala solo se puede manifestar en tu vida si haces lo que estos versículos te enseñan;


«No te preocupes, más bien ora por todo lo que te preocupa.» (Filipenses 4:6) Cada vez que pienses en algo que traiga preocupación y/o estrés, en ese momento ora. Háblale al Espíritu Santo sobre cómo te sientes y porqué esto te causa sentirte así. Si no sabes porque te sientes así, pregúntale al Espíritu Santo. Desahógate con él. Pídele dirección.


«Dile a Dios lo que necesitas y dale gracias por todo.» (Filipenses 4:6) Hablale con honestidad y dile excatamente lo que necesitas, ya sea consuelo, dinero, un abrazo, etc. No tengas miedo en ser transparente, solo habla. Aunque éstas cosas no las recibas en el momento, siempre dale gracias a Dios. Un corazón agradecido refleja humildad.


«Piensa constantemente en Dios.» (Isaías 23:3) Sé intencional con lo que piensas. Mientras más pienses en lo que te causa preocupación, tú mismo te ahogaras. Muchas veces cuando esto sucede, acostumbramos a culpar a Dios cuando realmente fue uno mismo. En vez de ser tu propio ladrón, lee versículos que alimenten tu espíritu; permite que el Espíritu Santo te ministre. Escucha música que te ayude a pensar en la grandeza de Dios. Vé prédicas o escucha “podcasts” que te acerquen más a Dios. Aléjate de lo que no te permite pensar en Él.


«No confundas tu corazón y no tengas miedo.» (Juan 14:27) No reemplaces a Dios con otras cosas. Eso sólo causará en ti más confusión y tu fe se hará aún más pequeña. Cuando reemplazas a Dios por otras cosas comienzas a desenfocarte y por ende terminas buscando la paz y la respuesta incorrecta en lugares donde te dejarán aún más confundido o te darán resultados inmediatos que luego desaparecen y terminas con una situación peor. No tengas miedo de cómo te sientes ni de lo que pueda suceder porque mientras Dios sea tu Dios, estarás seguro.

Cuando cumples con estas cosas, obtienes resultados buenos y duraderos como;


«Experimentar la paz de Dios que va por encima de lo que puedas imaginar.» (Filipenses 4:7) Cuando estamos pasando por una situación siempre pensamos en nosotros, pero se nos olvida que sólo vemos lo que tenemos de frente, mientras que Dios ve todo. Por eso, el versículo dice -“La paz de Dios que supera todo lo que podamos entender”-. Nosotros tenemos un limite para entender o ver, por ende hay tantas cosas que Dios está haciendo para tu bien y para el bien de otros simultáneamente mientras estamos en tiempo de crisis. Por tal razón, Él nos llama a orar para permitirle poner todo en orden; mientras oras, Él hace. Eso da paz porque no dependes ti, sino de tu papá.


«La paz de Dios cuidará tu corazón y mente mientras estés en Cristo Jesús.» (Filipenses 4:7) Hay algo importante aquí, Dios no puede cuidar de nuestro corazón y mente si no tenemos una comunión saludable con Cristo Jesús. En otras palabras, nuestra comunión con él debe ser diaria, no de vez en cuando. Tampoco debemos buscar alternativas fuera de Jesús como; adivinación, lecturas de mano, psíquicos, horóscopos, brujerías, santería, adulterio, inmoralidad sexual, etc. O sea, si estamos en Jesús, estamos en Él para siempre.


«Nos guardará en perfecta paz los que confiemos en Él.» (Isaías 26:3) !Esto es poderoso! Cuando ponemos nuestras preocupaciones en las manos de Jesús le demostramos que confiamos en Él, esto permite que su paz nos guarde del daño que nosotros podemos provocar o recibir.


No sé en qué etapa te encuentras, pero este mes se celebra el nacimiento de la paz, que es Cristo Jesús. Tienes dos opciones; celebrar por tradición o celebrar por convicción. El mundo celebra la paz en la tierra pero celebran su versión de ella. La versión que solo se saca en diciembre y luego se guarda por 11 meses en cajas. Sin embargo, la paz que Jesús nos regaló brilla en la desesperante oscuridad como las luces que ponemos a fin de año, para darnos fe y esperanza todos los días de nuestras vidas. Pero está en nuestras manos si queremos disfrutar este regalo diariamente o dejarlo guardado con el polvo. Cristo nació, murió y resucitó por tu salvación y paz por que te ama más allá de lo que puedas entender. Para que puedas vivir una vida con propósito llena de altas y bajas pero guardado en Su perfecta paz.


Ora conmigo:


Padre, gracias por tu amor, tu gracia y paz. Este mes se celebra tu paz, enséñame a vivir en ella todo el año y mostrarla al mundo con mis acciones para que tu seas glorificado. Que mi vida sea una adoración transparente en espíritu y en verdad en la intimidad y en lo público, en el nombre de tu hijo Jesús, mi paz y mi salvador. Amén.


«Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios. ¡Yo seré exaltado entre las naciones! ¡Yo seré enaltecido en la tierra!» Salmos 46:10

 
 
 

Comentarios


Break de Café

bottom of page